About

viernes, 23 de enero de 2015

007

Publicado en Diario de Jerez el pasado 21 de enero de 2015



NATURAL


Natural Artificial es el título de un ensayo publicado por los arquitectos Iñaqui Ábalos y Juan Herreros en el año 1999 en el que retomaban, desde una mirada contemporánea de la arquitectura, la discusión entre lo natural y lo artificial que se ha venido manteniendo desde la antigüedad clásica hasta nuestros días. Ábalos es actualmente Chairman en la Universidad de Harvard y Herreros, entre otros importantes proyectos, está construyendo el Museo Munch de Oslo. Para Natural Artificial los arquitectos reunieron en un pequeño y cuidado libro un conjunto de proyectos, dibujos, fotografías y textos producidos por pensadores, artistas y arquitectos contemporáneos. La primera de las imágenes al abrir el libro es la de unos ovnis inspeccionando un lugar desierto, montaje realizado por  Bigas Luna, perteneciente, al parecer, a un antiguo guión que aspiraba convertir en película con Andy Warhol como protagonista. Le siguen imágenes de la Terminal Marítima de Yokohama en Japón, una intervención que hizo famoso al joven arquitecto español Alejandro Zaera; Viviendas medioambientales en Madrid de Ana Valenzuela; el Aviario del Zoo de Londres, de Cedric Price; una fotografía de Mies Van der Rohe visitando las obras de la casa Fansworth; y así hasta un centenar y medio de fotografías y dibujos, todos ellos estupendas representaciones donde la naturaleza, lo natural, se mezcla de manera armónica o contradictoria o fluida o áspera con la obra del hombre, con lo artificial, con el artefacto.

Terminada la sucesión de imágenes, sin solución de continuidad, se nos muestran textos brillantes sobre la ciudad: “Arquitectura para los que buscan el Conocimiento: Llegará el día -muy pronto quizás- en que se reconozca lo que les falta a nuestras grandes ciudades: lugares silenciosos, vastos, espaciosos, para la meditación, lugares con largas y elevadas galerías...” (Nietzsche); Toyo Ito, arquitecto japonés, reflexiona sobre el papel de la arquitectura como envoltorio de los acontecimientos que importan al hombre; Michel Serres, filósofo francés que ha investigado sobre la historia universal de la ciencia y la comunicación universal entre disciplinas; El cuerpo cristalino de la ciudad, texto de Herzog y De Meuron; Gilles Deleuze y Félix Guattari; el materialismo de lo incorpóreo de Sandfor Kwinter.

Se trataba con estas citas textuales y de imágenes redefinir los conceptos de lo natural y artificial, reivindicando para la arquitectura “una visión diferente de manera que el paisaje pierde su inercia y pasa a ser objeto de transformaciones posibles; es el paisaje el que puede proyectarse, lo que deviene artificial. Al mismo tiempo la arquitectura inicia procesos aún difusos de pérdida de definición tradicional en los que es obvio un interés creciente por incorporar una cierta condición naturalista tanto en los aspectos geométricos y compositivos como en los constructivos, a la búsqueda de una sensibilidad medioambiental y de una complejidad formal que respondan con precisión a los nuevos valores de nuestra sociedad.”

El resultado es un libro que nos muestra que la belleza es posible, que existen múltiples visiones diferentes sobre la ciudad, sobre nuestro entorno, sobre el paisaje, sobre el medio natural, todas ellas exquisitas, imaginativas, sugerentes. Es la capacidad del hombre moderno de intervenir en su medio, de transformarlo o conservarlo, en virtud de sus valores, de sus necesidades, lo que otorgará la claridad necesaria para el sostenimiento de un mundo habitable. Artificialmente.



Proyecto de Formalhaut en Vogelsberg, Hessen



ARTIFICIAL 



En el pasado, la naturaleza de la discusión era de otro tenor. Por ejemplo, Platón defendía que todos los artefactos (incluyendo las obras de arte) son imitaciones de algo natural, de algo genuino u original. Para Platón, decir que algo es "artificial" es decir que esa cosa parece pero no es realmente aquello que imita. Lo artificial es meramente aparente, lo único que hace es mostrar cómo es alguna cosa. Aristóteles planteaba la cuestión de un modo diferente. Creía que la naturaleza y el arte (lo natural y lo artificial) no tienen nada en común, constituyen dos esferas diferentes de la realidad. En consecuencia, las leyes que gobiernan estos dos tipos de entidades difieren de forma esencial y, por esta razón, el conocimiento de ambas también es distinto. Aristóteles pone el acento en el carácter de producto humano de los artefactos como su rasgo común más distintivo.

La dicotomía aristotélica natural/artificial queda destruida en el siglo XVII por Bacon y Descartes. Mientras que anteriormente la fuente de la analogía era la naturaleza y su objetivo los artefactos, desde el siglo XVII es la esfera artificial la que sirve como modelo para comprender la naturaleza. Según Descartes no hay en principio ninguna diferencia entre los cuerpos naturales y los artificiales (máquinas), solamente se distinguen por sus tamaños y proporciones. Mientras que los tubos, muelles y ruedas que el artesano construye son grandes, los producidos por la naturaleza son pequeños y casi invisibles o difíciles de percibir.
Más recientemente se ha decidido absurdamente que lo natural es lo valioso mientras que lo artificial, o sea, toda la obra humana, incluso la de transformación de lo natural, es peor, cuando no perjudicial. Sin embargo, olvidamos que el ordenador, el móvil o el automóvil son artefactos, o lo que es lo mismo, elementos artificiales, imprescindibles para muchos, valorados y bien vistos en cualquier lugar al que nos acompañen.

Hubo un tiempo en que se hablaba de la presencia de marcianos en la Laguna de Medina. Si alguno de ellos hace un par de domingos hubiera caminado por ese espacio natural intervenido con pasarelas de madera tratada (¿natural o artificial?) y lo hubiera encontrado invadido por familias disfrutando del domingo (cosa natural), con los coches (artificial pero integrado) estacionados prácticamente en la misma orilla de la laguna (poco natural), las latas de coca-cola y otros residuos tirados en el medio natural (artificial, muy artificial) y con el paisaje ocupado por molinos de energía eólica natural (bastante artificial), hubiera pedido que lo llevaran de regreso a su casa o, como mínimo, habría necesitado respiración artificial. Naturalmente.




 Laguna de Medina, foto de B. de Tagore.

0 Kommentarer:

Publicar un comentario